"Entre dos aleteos"

¿Estás preparado para viajar?

"Oriol Vall, que se ocupa de los recién nacidos en un hospital de Barcelona, dice que el primer gesto humano es el abrazo. Después de salir al mundo, al principio de sus días, los bebés manotean, como buscando a alguien.
Otros médicos, que se ocupan de los ya vividos, dicen que los viejos, al fin de sus días, mueren queriendo alzar los brazos.
Y así es la cosa, por muchas vueltas que le demos al asunto, y por muchas palabras que le pongamos. A eso, así de simple, se reduce todo: entre dos aleteos, sin más explicación, transcurre el viaje."

"Entre dos aleteos" es una expresión que utiliza Eduardo Galeano para hablar del principio y el fin de nuestra vida. En muy pocas y precisas palabras escribe en el cuento "El Viaje" de nuestra vida desde el alfa hasta el omega. 

En estos días, parece que mi viaje se ha detenido un poco, y me está dando la oportunidad de pararme a reflexionar y valorar la importancia que tienen ciertos momentos de la vida. Porque sí, aunque todo esté en una profunda pausa aparente, nuestro ciclo de la vida sigue y no se detiene. En estos días siguen llegando bebés a los hospitales pidiendo el abrazo de sus madres, y siguen saliendo muchos mayores queriendo alzar los brazos. Pero, ante este parón, nos encontramos con situaciones en las que no tenemos la oportunidad de celebrar y rememorar dos de los momentos más importantes de la vida de una persona. Y, como bien dice Galeano, por muchas palabras que le pongamos no tiene más.

Primer aleteo:

El Rey León. Simba es presentado ante toda la selva. El día está amaneciendo y todos acuden corriendo hasta el lugar sagrado donde Rafiki hará la ceremonia. Porque desde el día al que al mundo llegamos siempre nos queda algo por descubrir, gente que nos está esperando y muchos sueños por cumplir. Y, como dice la canción es un ciclo sin fin. Una energía que nos mueve a todos a buscar, solos o acompañados, pero siempre hacia "nuestro gran legado".

Ese bebé al que todo el mundo espera después de 9 meses ve los primeros rayos de luz. Cambia cómo escucha a su mamá, comienza a ver manchas que más tarde serán caras y sobretodo, y se siente sobrepasado con la gran cantidad de estímulos que no es capaz de procesar.

Ese bebé solo manotea intentando adaptarse a una realidad que todavía es demasiado grande para él, una realidad que no es capaz de percibir con claridad, una realidad que no entiende, una realidad en la que irá adaptándose.

Sin embargo, desde el momento en el que esa "personita" es presentada, todos ponemos en marcha nuestros mecanismos más automáticos para que tenga sus necesidades básicas, sociales y afectivas cubiertas. Ese alguien después de salir al mundo necesita de nosotros y no dudamos en acudir a su llamada. Desde el primer momento ya soñamos cosas grandes para él, le sonreímos, le cantamos  le visitamos, le abrazamos, le hablamos..

Segundo aleteo:

Ver La Casa de Papel (Cuidado, Spoiler de la Temporada 1)

La Casa de Papel. La banda se encuentra encerrada con los rehenes dentro de la casa de moneda y timbre. Situación de estrés y presión, muchas vidas juego. Afloran recuerdos de sus vidas pasadas. Sin embargo, las órdenes del profesor están por encima de todo. Se juegan mucho y están expuestos a un gran riesgo. No hay grises, solo la libertad o la prisión. Pero, como en la vida real por muchos planes que tengas, no todo va a salir como lo planifiquemos, Y, en el momento menos indicado, las cosas no salen como esperaban. A partir de ahí, para uno de los miembros el viaje ha llegado al final.

Sin embargo, en el momento más crítico, la misión se paraliza. Esta persona tiene la oportunidad de despedirse de los suyos y de revivir uno de los momentos más felices de su vida. Qué bonito es tener la suerte de dar las gracias a la persona que más feliz te ha hecho en la vida, aunque forme parte de un delirio. Pero, más importante aún es no sentirte solo. Sentir que tienes una mano a la que agarrarte.

Simultáneamente, ellos también se despiden. No importan las palabras, el lugar, la situación... Lo importante es sentirte acompañado por otros, sentirte arropado y sentir que tienes un brazo en el que llorar. Sentir que has dado todo por él hasta el final. Porque por encima de todo, tenemos esa necesidad del último adiós.

"Hay momentos en la vida en los que habría que tener un puñetero mando a distancia para poder pararla, aunque fuera solo 5 minutos. Pero, a veces las cosas se suceden con un irreverente obscenidad, y no se puede hacer nada por remediarlo" (Tokio)

Cuando la película de tu viaje se sigue rodando en momentos en los que el ritmo habitual parece que no tiene suficiente conexión con la realidad a la que estamos acostumbrados, ambos aleteos se ven trastocados. Nos sentimos impotentes, frustrados, indefensos. Queremos coger ese mando para parar la grabación. Porque la soledad es quizás el peor enemigo de los momentos más importantes. Porque todos tenemos la necesidad de poner palabras a esas bienvenidas y despedidas que marcan nuestro viaje.

Necesitamos ese ABRAZO que nos guarda de principio a fin.


Gracias Jorge R...

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