#NoSoyUnVirus
He de reconocer que no me gusta el periodismo sensacionalista que muchas veces escuchamos estos días en los telediarios. La situación que vivimos ya de por sí es lo suficientemente dura como para crear aun mas impresión, falsear información o exagerar ciertos hechos que están ocurriendo. Porque al final, todas estrategias con propósito o sin él hacen que nuestra realidad se distorsione, se dramatice y en muchas personas pueda llegar a ser perjudicial para su salud mental. Si el único modo que tenemos "de salir a la calle" y enterarnos de lo que pasa ahí fuera son las noticias online o las televisiones, necesitaremos tener información veraz e información verdaderamente relevante que nos ayude a mantenernos enterados de la verdadera realidad.
Pongo un ejemplo que me toca de cerca. La cantidad de ERTEs tramitados en estos días cada día va en aumento, y los titulares vienen a decirnos, como si ya no lo supiéramos, que es la primera vez en la historia de la democracia en la que se tramitan tantos ERTEs. Y yo me pregunto, ¿ha habido antes en la historia de la democracia una emergencia como esta a nivel social? Quizás, y solo quizás sea más preocupante la realidad de tantas personas que están afectadas por esta medida, el retraso en los pagos, la situación de los autónomos que han tenido que tramitarlos y tantas y tantas consecuencias que hay y habrá detrás de este titular. Al final, lo que nos da por hacer es apagar el televisor y diversos dispositivos, y mantenernos en la ignorancia antes que estar sensacionalmente informados porque para chocar con una realidad difícil, ya cada uno tenemos la nuestra.
Sin embargo, hoy he visto en medio de todos estos titulares uno que creo que merece la pena prestar especial atención. Claro está que es un caso, al menos que se haya hecho visible, frente a millones de muestras de agradecimiento que hay todos los días hacia este sanitario. Pero, siempre he preferido prevenir a curar, y creo que todos debemos conmovernos y reflexionar un poco sobre ciertas conductas, aunque en poca medida, se dan. Hoy ha sido un coche de una médica ginecóloga el que ha aparecido pintado con un mensaje "rata contagiosa", pero ayer fue un mensaje para una cajera en el que se la pedía que "por el bien de todos abandone su vivienda mientras dure esto". Resalto de nuevo que se tratan de hechos e muchísima menor proporción que la cantidad de aplausos que se envían a las 20 horas, de la gente que hace mascarillas en sus casas, que salen a comprar por sus mayores, que son voluntarios... Pero no se pueden dejar pasar por alto porque cierto es que el cansancio va pesando y cada uno progresivamente irá teniendo menos paciencia. Por eso es importante no dejarnos llevar por nuestros pensamientos más automáticos, por nuestra rabia e impotencia. Tenemos que seguir siendo agradecidos por lo que tenemos cada día y por tantos profesionales que están mucho mas cansados que nosotros y siguen al pie del cañón día tras día.
"No soy un virus" es una campaña que empezaron miembros de la comunidad China ante la presencia de casos discriminatorios que se estaban dando, antes de que comenzara la situación más crítica en España, dentro del país hacia personas de origen asiático. La desinformación que se traducía en miedo al contagio estaba marcando como "sospechosa" a mucha gente solo por su apariencia física cuando la mayoría de los casos estaban en el continente asiático. Pero estos hechos no ocurrieron solo en la península, sino que se extendieron por todo el mundo. Y ahora pensemos de la forma más egocéntrica, ¿qué estarán pensando y diciendo de nosotros en otros lugares del mundo? ¿cómo actuaran hacia ciudadanos de un país cuyas cifras de fallecidos son de las más elevadas hasta el momento?
Si nos paramos a pensar en frío es lógico tener miedo a estar contagiado, pero tenemos que tener claro que el virus no somos personas. El virus, es un agente externo que afecta a todo tipo de personas. Somos nosotros los que convertimos nuestras palabras y nuestros actos en virus para otra gente por el hecho de parecer estar más expuesta. Son sesgos cognitivos o errores que se producen a nivel de nuestros pensamientos y creencias de una forma muy simple y rápida, sin capacidad de reflexión pero que nos llevan a reproducir conductas que pueden ser muy dañinas que no se sostienen racionalmente. También son estos los errores que nos hacen llevarnos por titulares que distorsionan la información más cruel y dura que ya tiene y tendrá consecuencias muy negativas sobre muchas familias, a las que oirlas les hace todavía entrar en una espiral peor y no deja un respiro para intentar buscar soluciones o que otros puedan conocer sus realidades.
Son este tipo de actos los que sí me dan miedo y me asustan, los que me parecen incontrolables y fácilmente, por desgracia, contagiosos. Esta información es a la que debemos prestar especial atención, la que debe "sensibilizarnos" para poder ser erradicada a la vez que seguimos agradeciendo y aplaudiendo a tantos y tantas que ponen en riesgo su vida por otros.
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